jueves, noviembre 23, 2006

Aniblogsario

Este modesto blog cumple su primer año.

Comenzó con una historia clásica de los sanfermines.

Un par de post después entró en hibernación, de donde salió en febrero de este año con un relato sobre tráfico de armas

Luego vinieron los haikus, el psicoanálisis y variantes.

Momentos de relax y lucidez, un interludio político y aquí estamos, otra vuelta a la rueda.

Y bueno, solo queda decir:

- A los que lo leen
- A los que comentan
- A los que no comentan nunca
- A los mentirosos que me han dicho que les gusta.

Bueno, a todos:

miércoles, noviembre 22, 2006

Espirales traumáticas


Estabamos viajando por el norte en el puente del pilar, entonces fué cuando ví aquel pendiente.

Había estado en Pamplona más veces, he ido a cinco sanfermines, pero esta vez ví un par de personas con unos pendientes en espiral. Y bueno, siempre he sido bastante impulsivo, así que decidí ponerme uno. Fuí buscando, hasta que en Logroño un vendedor callejero vendía uno por dos euros.

Ya he dicho que siempre he sido un tanto impulsivo. Y bueno, nunca me ha gustado pagar a gente para que haga lo que yo puedo hacer.

Cuando era más joven y quise ponerme rastas, hice que Aura (bendito castanyot) me explicara como se hacen y convencí a mi entonces compañera que me las hiciera. Estuvimos dos dias en ello. Ella se dejó los dedos. Por mi parte, todo el cuero cabelludo me estuvo latiendo al compás del corazón durante una semana y veía las estrellas si alguien tiraba de una rasta.

Cuando era todavía más joven, quise ponerme mi primer pendiente, me lo hizo la misma entonces compañera. La cosa fué mas o menos así:

- A ver, primero te pongo hielo y luego te paso este pendiente, que lo dejaremos dentro hasta que cicatrize.
- Oye, parece que este pendiente no tiene punta, ¿por què no utilizamos uno de esos tuyos que si tienen punta?
- Porque este es de oro, y así no se te infectarà.
- Venga, adelante, soy un hombre.

Y ella empezó agujerear mi lóbulo, pero el pendiente no tenía punta, era romo, así que empezó a atornillar para ir avanzando. A los cinco minutos yo ya no podia más.

- Mierda, dejaló, que duele demasiado.
- Bah, eres un quejica.
- Mierda, duele mucho.
- Uy, que quejica. ¿te me vas a poner a llorar?
- Mierda, como te ries ¿eh?. Ponme mas hielo al menos.

Así que después de diez minutos y unas cuantas quejas más, entró. A partir de entonces, siempre que me quejaba de algo, ella me recordaba lo del pendiente.

Ya tenía un pendiente y un trauma más en mi lista.

Todavía no conozco a nadie más que le hayan puesto un pendiente de esa forma tan salvaje.

Pero volvamos a Logroño, deben de ser las diez de la noche y me acabo de comprar un pendiente en espiral. Subo a la pensión. Hace tiempo que no llevo pendiente pero el agujero no se ha cerrado. Intento introducir la espiral y veo las estrellas. Pero bueno, ahora SI que soy un hombre, a los traumas hay que matarlos, sin cuartel. Así que me miro en el espejo, frunzo el ceño y me aguanto la mirada mientras me meto la espiral hasta el fondo en la oreja. Diez minutos después de irme a la pensión estoy abajo con los compañeros, y a la segunda cerveza ya no me duele nada.

Cuatro dias después me saco la espiral de la oreja inflamada y me pongo un aro normal para que no se cierre el agujero.

Hoy, la inflamación ya no existe, y he estado preguntando por ahí. Resulta que estas espirales sirven para ir dilantando poco a poco el agujero de la oreja. Recomiendan ir girando poco a poco la espiral, dejando un margen de varios dias entre cada pequeño giro. Yo la pasé entera en cinco minutos.

Bueno, supongo que no hay que subestimar el poder de los traumas. Nadie puede hacer cosas más estúpidas que un hombre herido en su virilidad.

El caso es que me han dicho que un agujero de estas características acaba cerrandose una vez me quite el pendiente. Asi que como es reversible, que era algo de lo que tenía miedo, me he vuelto a meter la espiral hasta la mitad, y cuando se asiente, ya meteré la mirad que falta. Que algo ha de tener bueno el trabajar donde trabajo.

Felices traumas.

viernes, noviembre 10, 2006

Keep Walking

Són las siete de la tarde y dejo lo que queda para el dia siguiente. Es la festa major de la UAB.

Pienso en bajar a letras donde está el montón, pero tanto A como D ya se han largado. C no quiere bajar, ha quedado. Y yo me siento viejo.

Será la octava fiesta mayor de la autónoma que vivo. Desde las míticas fiestas en el eix central, entre ciencias y letras, donde conocí a aquella mujer. Pasando por la apoteosis alcohólica adolescente de hace cuatro años, con comas etílicos y ambuláncias que no podían pasar. Luego vino la decadéncia de la fiesta los jueves en la rambla nord.

Pero para decadente ya estoy yo, así que me acuerdo de M, lo llamo, sigue en la universidad, acepta y nos vamos para el montón.

La troba Kung-fu en el escenario me recuerda mi edad, vi nacer dusminguet, quizás el grupo que más he visto en directo. Necesito un trago. Primero cerveza, luego vodka limón, y luego más. Cine gigante en la plaça civica, una gallega y su amiga, el alcohol llama al alcohol, vamos a una barra.

- Oye, ponme dos vodkas con limón.
- Ella: Uy para dos no tengo.
- El: Si que tenemos, si.
- Mierda, si no tienes, dame los vasos que me voy a otro lado.
- Si que tenemos, si.
- Niño, devuelveme los vasos.
- Pruebalo primero, ya verás como hay.

...

- Mierda, esto es Martini.
- Es vodka.
- ¿A mi me vas a enseñar a que sabe el vodka?
- Es vodka
- Mira, metete esto donde quieras y devuelveme el vaso.
- Joder, llevatelos por un euro.
- ¿50 centimos cada vaso? para ti.


Así que cae martini, luego mas vodka, una tarragonina y su amiga yankee, que beben ron.

No conozco a nadie, ni de vista, ya solo veo alumnos en el bar a la hora de comer. Veo la parada de ingeniería química. Mierda, ahí si conozco gente del bar, quizas hasta me encuentro a la castellera enmascarada. Así que voy a por vodka, pero no conozco a nadie, claro, los que conozco són doctorandos, no alumnos. Maldito abuelo.

Vienen las mallorquinas. Una se llama May, discusión sobre el nombre, que al final es Mayte. Resulta tener diecisiete años, el abuelo decide darle más al vodka. Nos lian para bajar a barna en los ferrocarrils, vamos. M ya tiene pinta de cadaver.

Las ramblas, hasta luego a May, irán al plataforma luego. Yo me llevo al cadaver a un bar de escudellers. Vodka, solo es la una y media.

Ramblas, las putas intentan llevarse al cadaver, lo rescato. Fellini, Enfants, Apolo, no dejan entrar al cadaver, que hasta da miedo. Así que le pego fuego al último cartucho y hacia el plataforma, tampoco lo dejan entrar, me cruzo con ella en la puerta. Hasta aquí podíamos llegar, a la mierda el mundo. Son las tres y no hay metro.

Ramblas, las putas contraatacan, me lo llevo al moll de la fusta a ver si le da el aire. No resucita, así que taxi a su casa.

Me levanto a las 12 en el sofá, sin resaca, nunca tengo resaca. Tenia que ir a las lecturas de tesis de compañeros del departamento de 9 a 13. Sigo sumando puntos de reputación. El cadaver resucita y no recuerda nada. Así que vengo para la uni a recuperar el coche, como algo y aquí me teneis ahora, haciendo la contracrónica.

Sigue caminando, y cuando llegues a la meta, mira atras, y adéntrate riendo en la nada.

sábado, noviembre 04, 2006

Muerte

La vida está llena de trampas. Te quedas enganchado en ellas, pero consigues salir. Cada trampa te desgarra y te arranca un pedazo. Eres una cebolla que va soltando capas. Después de perder cada capa estás más cerca de conocerte a ti mismo, de tu esencia. La última de las capas te la quita la trampa más grande de todas, la muerte. Y ahora, desnudo, te adentras en la eternidad tal como realmente has sido siempre: Nada.

Vida

Naces.
Creces, te rompen los cojones en la escuela.
Creces, te llenas de ideales, apuestas, pierdes, los ideales te fallan, los amigos te fallan.
Creces, te rompen los cojones las mujeres, te rompen los cojones en el trabajo.
Creces, acabas siendo como nunca ibas a ser, la vida ya te ha roto los cojones.
El resto ya no vale una mierda.

La vida es una mala película en la que no puedes hacer zapping.