Llevábamos un tiempo conociéndola, con quien más venía a las cenas era con el griego del grupo, pero a veces venía con el portugués o con el irlandés, a nosotros nos hacía ojitos, aunque parecía que al italiano también.
En Junio le abrimos la puerta de la casa (el día 9 concretamente).
En Julio le hicimos su juego de llaves, se quedaba alguna noche.
En Agosto se pasaba poco, estaba de vacaciones pero llamaba mucho.
En Septiembre empezó a quedarse a cenar además de quedarse a dormir.
Desde
Octubre le llevamos el desayuno a la cama, le traemos el diario y las pantuflas, le hacemos la comida y la cena.
Por la noche le ponemos el culo, que al final resultó que no era la crisis, sino que era el guano.