martes, marzo 20, 2007

Una flor en el desierto

Me despierto, miro alrededor.

-¿Que cojones hago aquí? Tendria que estar estudiando.

Estamos a domingo, mayo, 2001. El martes tengo un examen y no he estudiado nada.

En lugar de eso estoy en un refugio, durmiendo en el suelo. Salgo del saco, me pongo los pantalones y una camiseta. Casi no hay luz y a mis pies siguen durmiendo Alberto, Lluis, Albert y Marta. En la otra punta del refugio están los del cau. Ellos duermen dentro de una tienda montada DENTRO del refugio. Cuando llegaron ayer por la tarde nosotros no hacíamos otra cosa que beber botellas de vino. El monitor ni siquiera respondió a nuestro bon dia. Nos miró de arriba a abajo y decidió montar la tienda DENTRO del refugio para marcar distancias con nosotros. Captamos el mensaje. Afuera levantan tres tiendas más.

Parece que todavia no ha amanecido, siempre me cuesta dormir en el suelo y soy el primero en despertarme. Eso tiene sus inconvenientes y sus ventajas, quedan dos botellas de vino y un dia muy largo por delante. Cojo una botella y salgo afuera, las estrellas iluminan el claro. Me siento en una mesa y mientras doy cuenta de la botella me dejo deleitar por el universo.

Amanece sobre los bosques del Ripollés, Voy a por la segunda botella.

-Hola

Me giro, la gente de las tiendas todavia no se ha despertado, una niña de 11 años está parada delante de mi.

-Hola
-Jo soc Daina, ¿i tu?
-Jo no
-¿No ets del cau?
-No
-Escolta, ¿que em pots deixar la guitarra que tenies ahir?
-Si que puc

Me levanto, voy tambaleando hacia el refugio, con cuidado para no despertar a nadie cojo la guitarra, se la doy.

Ella es Daina. En un cau, todos los niños tienen rango, dependiente de la edad y del sexo. Cada rango tiene su lema, su uniforme, y su saludo. Todo copia de los Boy Scouts, que fueron ideados por un teniente general británico en la guerra de los Boers. Se dió cuenta de que los niños que hizo combatir hubieran sido más útiles si hubieran tenido algún tipo de entrenamiento previo, así que propuso generalizar un entrenamiento protomilitar a todos los niños británicos. El hijo de puta.

Así que tenemos un puñado de crios guiados por un completo imbécil que se encuentra un refugio ocupado y no se digna ni a dirigirnos la palabra. Supongo que alguien que ha crecido en una organización de esta clase desprecia a unos tipos que se sientan alrededor del fuego a tocar la guitarra, pero que en vez de llevar uniformes con estrellas bordadas, beben vino y llevan rastas.

Pero también nacen flores en el desierto. Ella se entretiene intentando hacer sonar la guitarra, sentada, de noche y sola, al lado de un tipo con rastas que le dobla la edad y que va por su segunda botella de vino antes del amanecer.

Reconforta pensar que a pesar de los uniformes, los grados, los galones y los lemas, una organización protofascista protomilitar no ha conseguido insuflar en una niña pequeña los prejuicios y la estupidez que luce con orgullo su monitor.

Yo seguiré bebiendo mirando el amanecer, hasta que el monitor salga del refugio, indignado, y se lleve a la niña dejándome con mi guitarra.

Mis problemas vendrán cuando ELLOS salgan del refugio y se encuentren con que me he bebido las dos botellas de vino que quedaban. Les explico lo de la niña, pero no les hace grácia.

Ni falta que me hace.

2 Comments:

Anonymous Anónimo dijo...

A mi nunca me gustaron ese tipo de agrupaciones.
Me hubiera encantado ver la cara del monitor al acercarse para "confirmar" que sólo le habías prestado la guitarra... jajajajajajajaja, ^_´

25/3/07 16:15  
Blogger MoLoKo dijo...

Es lo que tienen pasar toda la vida entre uniformes.

Es una história que he explicado multitud de veces, y que tiene más actos, pero que casi no recuerdo ya. Ni siquiera recuerdo donde demonios estaba ese refugio, cerca de Sora, creo.

27/3/07 17:30  

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