viernes, marzo 02, 2007

Por el puente de Deusto



Llueve, estamos en el norte. Txirimiri lo llaman aqui.

Son las diez de la mañana y salgo de su portal. La ropa se quedó tirada en el salón y sigue calada.

El frio se me mete en los huesos y enciendo un pitillo. Pasado el puente se agazapa el Zubiarte, a la izquierda, el Guggenheim se asoma a la ria.

Anoche, ella me dijo que donde se levanta el Zubiarte agonizaron unos astilleros. El Guggenheim se asienta en el recuerdo de la metalurgia vizcaina. La ciudad ha cambiado mucho, del gris al verde. Si solo saliera el sol de vez en cuando, ya sería cojonuda.

Cojo el EuskoTran hacia el arriaga. Al cerrarse las puertas ya me arrepiento de no haber invertido veinte minutos en bordear la ria a pie, fumando, hasta el casco.

Mi voz se perdió anoche en el Antzoki, aun así todo mi cuerpo grita algo que ya no soy capaz de comprender.